Creo que me es más fácil decir qué cosas hacen a un juego malo, pero lo voy a intentar...
O no. Es que hay muchos modos de considerar por qué un juego es bueno o no, como criterios prácticos del estilo: ¿escala bien a un número diferente de jugadores? ¿te ofrece variabilidad de estrategias que enriquezcan la rejugabilidad? O criterios más internos del juego, como la evolución de tus recursos o personajes, que ya han nombrado antes, y que a veces no es tan positiva (si crea un efecto snowball y no plantea darle una ayudita a aquellos que se están quedando atrás).
Y ya si nos metemos en categorías, diría, por ejemplo, que en los cooperativos agradezco que no haya efecto líder, y que los objetivos sean muy difíciles, pero no imposibles; en los de roles ocultos me gusta que dichos roles no sean fáciles de adivinar, y que pueda haber giros inesperados; en juegos competitivos disfruto de la tensión, pero esta puede desaparecer si el objetivo está claro y hay una persona mucho más avanzada que las demás... Y en todos siempre me encanta que haya una pizca de azar que te pueda dar la alegría de tu vida, o hundirte en la miseria (siempre que no estés jugando con llorones).
En resumidas cuentas, hay mil criterios dependiendo de qué aspecto se quiera discutir. Y luego están las cosas "inútiles" que hacen que te eches a llorar de ilusión cada vez que sacas un juego a mesa, como la calidad de los componentes y el arte, que yo no los metería en el saco de "esto hace a un juego mejor", pero sí en el de "esto convierte un buen juego en una maravilla".
Un saludo!
O no. Es que hay muchos modos de considerar por qué un juego es bueno o no, como criterios prácticos del estilo: ¿escala bien a un número diferente de jugadores? ¿te ofrece variabilidad de estrategias que enriquezcan la rejugabilidad? O criterios más internos del juego, como la evolución de tus recursos o personajes, que ya han nombrado antes, y que a veces no es tan positiva (si crea un efecto snowball y no plantea darle una ayudita a aquellos que se están quedando atrás).
Y ya si nos metemos en categorías, diría, por ejemplo, que en los cooperativos agradezco que no haya efecto líder, y que los objetivos sean muy difíciles, pero no imposibles; en los de roles ocultos me gusta que dichos roles no sean fáciles de adivinar, y que pueda haber giros inesperados; en juegos competitivos disfruto de la tensión, pero esta puede desaparecer si el objetivo está claro y hay una persona mucho más avanzada que las demás... Y en todos siempre me encanta que haya una pizca de azar que te pueda dar la alegría de tu vida, o hundirte en la miseria (siempre que no estés jugando con llorones).
En resumidas cuentas, hay mil criterios dependiendo de qué aspecto se quiera discutir. Y luego están las cosas "inútiles" que hacen que te eches a llorar de ilusión cada vez que sacas un juego a mesa, como la calidad de los componentes y el arte, que yo no los metería en el saco de "esto hace a un juego mejor", pero sí en el de "esto convierte un buen juego en una maravilla".
Un saludo!